Los Bulldogs franceses, a pesar del nombre, fueron criados en Inglaterra. En el siglo XIX, los criadores decidieron crear una raza de perro de compañía que pudiera mantenerse fácilmente en condiciones urbanas.

Artesanos, costureras, encajeras no perdieron la oportunidad de adquirir una mascota traviesa, que complació a los propietarios con una disposición ligera y hábitos divertidos.

Para criar un perro así, los criadores seleccionaron los bulldogs ingleses más pequeños, los cruzaron con terriers, pugs.  Así apareció la raza moderna.

 

En la segunda mitad del siglo XIX, la demanda de mano de obra disminuyó considerablemente debido al rápido desarrollo de las fábricas. Muchos trabajadores ingleses se mudaron a Francia, llevándose consigo a sus amados perros.

Según otra versión, los bulldogs fueron llevados a Francia por comerciantes. El carácter afable, la capacidad de atrapar pequeños roedores y las orejas erguidas inusualmente grandes atrajeron instantáneamente la atención del público francés hacia esta raza.

 

En París, las cortesanas se convirtieron en las primeras propietarias, o más bien propietarias, de pequeños bulldogs.

Hay muchas postales con fotos de mujeres desnudas o semidesnudas posando con sus mascotas.

Muy rápidamente, la moda de estos perros se extendió en la alta sociedad, como lo demuestran numerosas fotografías. Desde los años 80 del siglo XIX comenzó un verdadero auge en la popularidad de la raza. En este momento, París ya era la capital mundial de la moda, por lo que todo el mundo pronto se enteró de los bulldogs franceses.

En 1890, los perros fueron llevados a los EE. UU. y 7 años más tarde se estableció el FBDCA (Club de Bulldog Francés de América).

 

 

Los Bulldogs franceses hicieron su debut público en una exposición inglesa en 1896, donde ganaron la admiración de muchos criadores. Los criadores están interesados ​​en criar estos perros. La popularidad de la raza creció rápidamente, y en 1913 cerca de cien Bulldogs franceses llegaron a la exposición de Westminster.

Inicialmente, estos perros se llamaban Bouledogue Francais, pero a principios del siglo XX se cambió el nombre a Bulldog Francés. El Kennel Club en 1905 reconoció a la raza como una raza independiente, separándola de los Bulldogs ingleses.

 

En los años 20 del siglo XX, estas lindas mascotas llegaron al territorio de Rusia, pero dado que los cachorros eran muy caros, solo los representantes de la nobleza y simplemente las personas ricas podían permitirse un bulldog francés.

Fedor Chaliapin fue uno de los fanáticos más famosos de los Bulldogs franceses. Con el tiempo, la popularidad de estos perros disminuyó, pero aun así lograron ocupar el puesto 21 en la clasificación de popularidad entre 167 razas registradas por el AKC.

 

Existe una hermosa leyenda que un bulldog francés llamado Gamin de Pycombe, siendo la mascota de uno de los pasajeros del Titanic, logró escapar de un naufragio e incluso encontrar un nuevo dueño. Sin embargo, esto es solo la mitad de la verdad: los registros de archivo confirman la presencia de un bulldog a bordo, pero no pudo sobrevivir.

Dado que el perro estaba asegurado, su dueño recibió una compensación impresionante: más de 20 mil dólares. Otro representante de la raza, que pasó a la historia en tristes circunstancias, fue Ortipo, el favorito de la princesa Tatyana Nikolaevna (hija de Nicolás II). El perro murió junto con su amada durante la ejecución de la familia real.